Si parece que amo mi tema, no es sorprendente, porque quise a mi profesión mucho más que a otra cualquiera que haya seguido desde entonces, y estaba muy orgulloso de ella. La razón es simple: un piloto era, en aquellos tiempos, el único ser humano sin cadenas y enteramente independiente que viviera sobre la tierra. Los reyes no son sino los sirvientes mimados del Parlamento y los pueblos; los Parlamentos están encadenados por sus constituciones; el editor de un periódico no puede ser independiente, sino que debe trabajar con una mano atada por sus patrocinadores, y debe contentarse con expresar tan sólo la mitad de o las dos terceras partes de lo que piensa; ningún clérigo es hombre libre y puede decir la verdad toda sin tomar en cuenta la opinión de sus feligreses; los escritores de todas clases son sirvientes esposados del público. Escribimos con franqueza y sin miedo, pero después “modificamos” antes de imprimir. En verdad, todo hombre y mujer y niño tiene un amo, y se acongoja e impacienta en la servidumbre; pero en el tiempo del que escribo, el piloto de Mississippi no tenía servidumbre alguna.
Extracto del libro Autobiografía de Mark Twain
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