Del oscuro pasado nace un niño;
alegría y tristeza
me desgarran el corazón.
Tranquilo en la cuna
vivo descansa.
Que amor y gracia
sus ojos abran.
La joven vida respira
sobre el cristal.
El mundo que no era
viene para irse.
Un niño duerme:
un viejo se marcha.
Oh, padre renegado,
perdona a tu hijo.
En este poema el autor evoca el nacimiento de su hijo y la muerte de su padre.
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